Cuando hace unos días me enteré de los
“precios” de los autos en los mercados minoristas en Cuba, en unos de esos
medios que viven de difamar y de tratar de desacreditar a la Revolución Cubana,
me quedé boquiabierto. No podía creer lo que leía. No obstante me limité a
tomar la noticia con reserva y decidí seguir indagando en otros medios no vaya
a ser que esta noticia fuera una patrañas más de Imperialismo.
Al final me tuve que dar por vencido, era
cierto, en La Habana a partir de ahora uno se puede dar el “lujo” de comprar un
automóvil de segunda mano al mismo precio de un Ferrari o un Lamborghini en
Europa.
Si le cuentas esto a un negociante de
automóviles en Alemania se moriría de envidia.
Mi hermano, un matemático de pura cepa y
conocido por su agilidad mental a la hora de sacar cuentas me dijo: “ni hablar hermano, esto es como en los
cuentos de hadas”. Continuó, “para yo comprarme un auto de medio palo de esos
que ‘ellos’ (que no sé quiénes son, pero estoy seguro que no son de este
planeta) están vendiendo tendría que vivir aproximadamente 950 años, sin comer
ni vestirme”. Mi hermano es licenciado en matemáticas y gana alrededor de
700 pesos cubanos al mes, 28 CUC aproximadamente. De mi hermano se podría decir
que es uno de esos profesionales privilegiados que gana casi 30 CUC al mes,
pero que desgraciadamente no podrá jamás comprarse un auto si esos exorbitantes
precios se mantienen.
Cabe entonces hacerse la pregunta:
¿Quién se puede dar el lujo de comprar un
auto a esos precios “minoristas” en Cuba?
Mi hermano está convencido que en Cuba hay
gente que se puede dar ese lujo. Como todo ser humano con tres dedos de frente
está convencido que para pagar más de 100.000 CUC por un auto de segunda mano,
que ni siquiera es de lujo, habría que estar loco de remate, pero en “La Habana hay una pila de locos”. A
estos “locos bajitos” se les conoce
en el argot popular como “especuladores”.
Para finalizar con la conversación
telefónica y porque hay cosas que según él no tienen remedio discutirla, mi
hermano me decía. Yo no te puedo decir con exactitud quienes son esos
especuladores locos de remate, pero si te voy a decir quién NO se podrá jamás
comprar un auto en Cuba:
“El cubano honrado, ese que se levanta
todos los días a las 6 de la mañana para trabajar por 500 pesos al mes aún
cuando está convencido que jamás vivirá 900 años para poder comprarse un auto en
Cuba ni tan siquiera de segunda mano. Ese cubano que conocemos en el argot
popular como ‘el cubano de a pie’, que aunque algunos lo tilden de loco, no lo
está”.
Vamos a ver si para el año que viene los
Reyes Magos se acuerdan de él y le traen
más guaguas. Con precios como esto se puede esperar cualquier cosa.
Por Justo Cruz